Tenes miedo de emprender y está bien, porque nunca se sabe cómo va a salir. Sin embargo, lo positivo en todo este mundo de incertidumbres, es que el emprender es una disciplina y cuenta con procesos, procedimientos, técnicas, herramientas y toda esa estructura necesaria para darle forma a las ideas y acompañamiento a las personas.
Si accediste a algún estudio universitario o terciario, bien sabrás que empezaste teniendo ideas, deseos, preferencias e intenciones respecto a las actividades que dicha profesión involucra. Te gustaba y decidiste formarte para que suceda. En el emprender pasa lo mismo.
Podes formarte de manera académica y práctica para empezar el camino hacia el emprender. No se trata de renunciar a todo lo que venís haciendo y construyendo para dedicarte 100% al emprender. Ambas actividades pueden suceder a la vez, en paralelo, caso de que vayas ganando experiencia y confianza en tu accionar.
Hace unos 4 años jugué al hockey por primera vez. Al inicio no tenía idea respecto a las reglas, a la manera de jugar y a los elementos necesarios a usar. Al no estar involucrado en la actividad, con el acto mismo de hacer fui aprendiendo y conociendo respecto a cómo iba a seguir.
Necesitaba estar en la implementación de la actividad para conocer. Aprender para luego seguir; incluso podría haber pasado que el deporte no me gustase y dejara. ¿De qué manera podría conocer o aprender si no lo hago?
Con el emprender pasa lo mismo. Existe un mundo de ideas que pueden ser abrumadoras, intimidantes respecto a cómo te debería ir, a la fantasía de éxito, y al temor de que te vaya mal. Lo cierto es que necesitas adentrarte en la actividad del emprender para conocer, aprender y así implementar. Una cosa es tenerle miedo a la incertidumbre, a la frustración, a lo desconocido, y diferente es tenerle miedo al emprender.
Los miedos existen y está bien que los sientas. Se trata no solo de una actividad nueva sino de un acto que implica creación la cual se ve reflejada en los criterios personales y profesionales que la persona materializa en sus acciones. Claro que requiere de mucha confianza y seguridad ya que, si a la primera te va mal, terminarás dejando todo aquello que te motivó inicialmente a emprender. ¿Cuáles son tus convicciones? ¿Cuáles son tus verdades?
Nuevamente, lo positivo en todo esto es que el emprender se aprende, así como en su momento aprendiste a caminar, a hablar e incluso a trabajar o estudiar.