En Noviembre del 2018 viajé a Buenos Aires para participar de una competencia. Era mi primera vez.
Entre los premios repartidos, algunos fueron para ideas emprendedoras y no para emprendimientos.
Hoy, Diciembre del 2022, el sector de las inversiones sufre un golpe.
Al hablar de financiamiento externo me refiero a la búsqueda de inversiones para desarrollar y/o potenciar el negocio mientras que el interno hace referencia a la autogeneración. Es decir, a lograr vender productos y servicios propios del emprendimiento que permitan recibir ingresos en primera mano.
Grandes empresas han recibido inversiones en sus primeras etapas y lograron un crecimiento exponencial en poco tiempo, lo cual les permitió el reconocimiento y aceptación global, acompañado de una gestión profesional. Otras veces, las inversiones han ido a parar hacia ideas emprendedoras, llamadas sueños, que parecían ser atractivas y posibles de la mano de quien estaba al mando.
Parece que éste último escenario creció lo suficiente como para que el sector de las inversiones necesite pisar el freno y repensar su manera de actuar. Un punto de inflexión. Evaluar el modelo de negocios ya no es suficiente.
Uno de los motivos por los cuales el emprendimiento fracasa es debido a quedarse sin capital, sin plata. Peligrosamente, una de las fantasías para hacer crecer un negocio está vinculada al excesivo gasto en publicidad buscando esa aceptación global mencionada previamente. Como dice Arrieta “al principio de todo emprendimiento, el éxito y el fracaso están muy cerca entre sí”
La empresa Lemon nace en el 2019. Tuvo inversiones por más de U$D 20 millones y dicen tener un market share por arriba del 25%. Aun así, debido a la crisis del sector crypto, la empresa despidió al 40% de su personal visualizando que es la decisión correcta a tomar para evitar nuevas inversiones en el futuro. ¿El financiamiento externo define a la empresa?
El financiamiento interno, la autogeneración, puede provocar un crecimiento más lento, no tan explosivo, pero permite configurar bases sólidas del proyecto. Ir aprendiendo, conociendo y desarrollando cada mecanismo, proceso, estrategia, cambios y demás aspectos que van generando ese crecimiento progresivo. Aprendizaje de primera mano.
Ese desarrollo, acompañado de la elaboración de indicadores y métricas que demuestren y perfeccionen dicho crecimiento, permitirá que sea más fácil y fluido la búsqueda de inversiones externas. Ya no se trata de buscar financiamiento externo hacia ideas emprendedoras sino hacia proyectos que tienen resultados concretos.
El desafío está en descubrir cuáles son esos indicadores que permitirán visualizar el futuro de la empresa, ya que cada una tiene la potestad de crearlos en su beneficio. Veamos un ejemplo:
Financiamiento | Descripción | Aprendizaje |
Interno | Empresa que comercializa libros usados por delivery | En el transcurso de 1 año, la empresa tiene información de los siguientes indicadores:
-Valor ticket promedio de compra -Tiempo entre la consulta y la compra -% de personas que vuelven a comprar -Rentabilidad por cada compra según localidad -Permanencia de cada cliente
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Externo | Idea de vender libros usados por delivery | Las personas consumen libros usados |
Todo puede salir bien y todo puede salir mal. Ambos caminos son posibles y existen, así como también puede haber un camino ideal para disminuir el potencial riesgo futuro de la quiebra. Empezar con financiamiento interno, conocer el negocio y obtener resultados cuantificables concretos para luego buscar financiamiento externo con el fin de potenciar dichos resultados.